Se denomina sexting a la actividad de enviar fotos, vídeos o mensajes de contenido sexual y erótico personal a través de dispositivos tecnológicos, ya sea utilizando aplicaciones de mensajería instantánea, redes sociales, correo electrónico u otra herramienta de comunicación.
La palabra sexting es un acrónimo en inglés formado por `sex´ (sexo) y `texting´ (escribir mensajes).
¿Quienes lo practican?
Al ser un acto llevado a cabo en dispositivos tecnológicos, sobre todo móviles, se puede inferir que el sexting se practica en todas partes del mundo, aunque lo que varía son las edades. Se espera que una práctica de tipo sexual sea realizada por adultos, sin embargo este comportamiento ha crecido entre los menores de 18 años. Según un reciente análisis publicado en la revista JAMA Pediatrics (enlace con la revista) se reconoció que una parte considerable de la juventud practicaba ‘sexting’ enviando material sexual -1 de cada 7 (14,8%) – y recibiendolo -1 de cada 4 (27,4%)-. En este sentido la infancia y la adolescencia son los grupos más vulnerables, otorgando especial atención a los preadolescentes de 10 a 12 años.
Se presume que el contenido erótico audiovisual es generado por el propio emisor del mensaje, quien lo envía deliberadamente a un receptor con un propósito determinado. Sin embargo con el surgimiento de las NTIC (Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación), el control de este tipo de mensajes se les ha ido de las manos a dichos emisores, provocando así el robo y/o viralización de contenidos audiovisuales íntimos de carácter sexual. Es por ello que esta práctica se ha vuelto aún más peligrosa, ya que cuando se pierde el manejo de dichos contenidos, se pierde además la intimidad de cada emisor.
Peligro en niños y adolescentes
Según un estudio publicado por la revista JAMA Pediatrics, de 110380 participantes menores a 18 años, la edad promedio de jóvenes que practican sexting fueron de 15.16 años (rango de edad, 11.9-17.0 años), y en promedio 47.2% eran hombres, con una mayor prevalencia en dispositivos móviles en comparación con computadoras.
Estas han traído nuevos hábitos y costumbres a la vida cotidiana del hombre, entre ellas el uso regular de aplicaciones de mensajería instantánea y redes sociales. Hoy en día, son los padres quienes comienzan por mostrar a sus hijos en sus propias redes acostumbrándolos a la exposición de su intimidad. Además, la abundancia de los dispositivos tecnológicos y su creciente uso ha provocado que sea normal que un niño tenga un teléfono móvil a partir de los 10 años. Estos factores, sumados a la inocencia de los niños y la influencia del culto a la imágen en las redes sociales los pone en grave peligro.
La prevalencia del sexting ha aumentado en los últimos años y aumenta a medida que los jóvenes crecen. Se necesita investigación adicional que se centre en el sexting no consensual para orientar e informar adecuadamente los esfuerzos de intervención, educación y política.